jueves, 14 de noviembre de 2013

Tortilla de patatas. Nivel avanzado

Hoy vamos a ver varias expresiones que utilizan el vebo "meter"


- ¿Qué haces Atanasio?
- Pues me pillas a punto de preparar una tortilla de patatas.
- ¡Vaya! ¿Ahora te has metido a cocinero?
- Muy pronto empiezas a meterte conmigo. Tienes que saber que cocino muy bien. Además mañana me voy de viaje. ¿No te lo había comentado?
- No, no me acuerdo.
- Se me pasaría. No sé donde tengo la cabeza. Pues me voy un par de días fuera. Andaré por el campo. Quizás no tenga tiempo de ir a un restaurante, así que llevaré en mi mochila una tortilla.
- No quiero meterme donde no me importa, ¿pero se puede saber a dónde vas?
- Voy a recoger algo que tienen para mí. Es una sorpresa. Ya te contaré con más detalle.
- Bueno, entonces, se trata de un plato frío.
- La tortilla puede tomarse fría o caliente. Se tome como se tome, siempre sabe bien.
- ¿Cómo te gusta más a ti?

- A mí me gusta más cuando está fría, igual que a mi madre, pero, por ponerte un ejemplo, a mi padre y a mi hermana les gusta más caliente. Cada uno tiene sus gustos.
- Como decís en España: para gustos colores.
- Sí. Es una forma de expresar que hay un montón de gustos como hay un montón de colores.
- Y dime, ¿es difícil de hacer?
- No, es muy sencilla. ¿Quieres ver cómo lo hago?
- Claro.
- Mira, la tortilla de patatas tiene en realidad muy pocos ingredientes. Para hacerla solo vamos a necesitar tres o cuatro; en primer lugar huevos.
- Claro, por eso es una tortilla.
- Eso es. También necesitaremos patatas...
- Por eso se llama tortilla de patatas.
- Eres una chica lista. Sí, por eso se llama tortilla de patatas. Oye, si tu idea es estar interrumpiéndome todo el rato ¿qué tal si eres tú la que se pone a cocinar y yo te observo?
- Perdona.
- Bien. Sigamos. ¿Qué estaba diciendo?
- Que necesitabas patatas y huevos.
- Eso es, patatas y huevos. Pero vamos a necesitar algo más, necesitamos cebolla.
Me encanta la cebolla.
- Y a mí, y además es muy buena para la salud. Pero hay mucha gente a quien no le gusta y prefiere hacer la tortilla sin cebolla, luego lo veremos. ¡Ah!, y también necesitamos aceite de oliva y sal.
- ¿Qué es el aceite de oliva?
- ¿Sabes lo que es una aceituna?
- Sí.
- Pues el aceite de oliva se saca cuando se aplastan las aceitunas recién cortadas. En España, a las aceitunas a veces se las llama también olivas, y también, dependiendo de la región, a los olivos, los arboles que dan las aceitunas, se les llama también olivas.
- ¿Y no es un poco lioso?
- Te acostumbras. Ya aprenderás que en España hay muchas características que son singulares, únicas de cada región. Bueno, el caso es que en España hay millones de olivos, bosques interminables de ellos, sobre todo en regiones como Andalucía y La Mancha, en la mitad sur del país, y la mayor parte de la cocina española usa el aceite de oliva como grasa en la cocción.
- La mayoría. Eso quiere decir que hay una minoría que no lo usa.
- En el norte de España, donde tradicionalmente no hay olivos, se usaba la mantequilla para cocinar, pero eso era antiguamente, en el pasado. Ahora que los alimentos llegan a cualquier sitio, también ellos cocinan normalmente con aceite.
- Aquí en Bhutan no hay aceite de oliva.
- No te preocupes. Reservaré un trozo de esta tortilla que voy a cocinar y te la mandaré por correo postal. ¿Te parece?
- Me parece muy bien, Atanasio, me apetece mucho probarla, ¿pero crees que llegará bien si la mandas por correo postal?
Claro, mujer, no te preocupes. Ahora el servicio postal es muy rápido.
- Sí, pero tan rápido como para que.... Además, me puedo meter en un lío con la gente de aduanas. En fin, no sé.
- Bueno. ¿Quieres saber cómo se hace o no?
- Sí. Estoy deseándolo, pero no quiero meterte prisa.
- De acuerdo. Es un plato muy fácil, superfácil. Lo haría hasta un niño. Mira, voy a usar medio kilo de patatas. ¿Lo estás apuntando?
- Sí, medio kilo de patatas.
- Eso es, con medio kilo será suficiente para nosotros dos. Puedes echar la cantidad que quieras siempre que sea proporcional, pero si echas mucha cantidad, o usas una sartén más grande, o haces varias tortillas.
- Lo principal es respetar las proporciones.
- Eso es. Al principio de hacerlas puedes meter la pata con las proporciones, echar más cantidad de una cosa o de otra, pero luego acabas por hacer el plato con los ojos cerrados.
- De acuerdo. ¿Qué más?
- Huevos. Le voy a echar cuatro huevos para que esté jugosa.
- Para que se deshaga en la boca.
- Ése es el objetivo.
- Vale.
- Ahora, vamos a utilizar una cebolla.
- ¿Grande o pequeña?
- Yo la voy a echar mediana, ni grande ni pequeña. Esto depende de los gustos de cada uno. Hay gente a quien no le gusta echar cebolla a la tortilla. En cierta ocasión me empeñé en reconciliar a un par de amigos cocinándoles una tortilla. Y resultó que ambos odiaban la cebolla.
- Eso te pasa por meterte en lo que no te importa.
- El caso es que se reconciliaron recordando aquellas cosas que odiaban en común. Bueno, finalmente se echa un poco de aceite y sal.
- ¿Cuál es el origen de la tortilla de patatas?
- ¿Quién sabe? No quiero meter la pata pero, dejando a un lado dónde y cuándo se inventó, parece que se popularizó en toda España a partir de las guerras carlistas, unas guerras civiles provocadas por la sucesión al trono, que afectaron durante muchos años al norte de España durante el siglo XIX. Dicen que era un plato humilde típico de la zona de Navarra, pero sólo lo comía la gente del campo. También se dice que un ejército que luchaba en aquellas guerras carlistas, se quedó sin suministros y la tropa tuvo que alimentarse con esa humilde comida, que entonces tan solo llevaba patatas y huevos. Supongo que a partir de ahí, a la vuelta de la contienda, de la guerra, los soldados contribuyeron a extender por toda España la receta de la tortilla.
- Y sin embargo ahora se ha convertido en una especialidad indipensable de la cocina española, ¿no?
- Sí, básicamente porque es muy fácil de hacer, está muy sabrosa, y tiene ingredientes que siempre acaban gustándole a la mayor parte de la gente. Bueno, vamos con la preparación. Primero ponemos la sartén al fuego, ¿ves?
- Es una sartén honda.
- Sí, no olvides que una tortilla de patatas es como un pastel, y eso significa que tendrá un poco de altura.
- Estás echando bastante aceite.
- Para que no se pegue. Si se pega, si se quema la parte de abajo, la base, arruinamos la tortilla.
- Sería una lástima.
- Di más bien una tragedia. Pero bueno, sigamos. Cuando el aceite está caliente, echamos las patatas, peladas y cortadas. Primero las pelamos bien, y luego se cortan ¿Ves el tipo de corte? En rodajas, es decir, en láminas planas. Y ahora corto también la cebolla.
- Pero la estás cortando de manera diferente. La cebolla la cortas en tiras alargadas.
- En España se llama a eso cortar en juliana. Pero si te cuesta hacerlo no te metas en camisa de once varas, no te compliques la vida y córtalo como te salga. No pasa nada si lo haces un poco más grande pero es importante que la cebolla no tenga un sabor predominante, así que mejor trozos más finos, que acaben mezclándose con la patata y el huevo sin restarles protagonismo
- Al fin y al cabo, las patatas y los huevos son los reyes del plato, ¿no?
- Eso es. Tan pronto como patatas y cebollas estén cortadas las echamos.
- Y le echas también sal.
- Exacto. Las salamos y dejamos que se hagan a fuego medio.
- Si mantienes el fuego medio no se freirán del todo.
- Eso es, más bien se cocerán. Eso ayudará a que mantengan su jugo, una coccion muy rápida las dejaría crujientes y las secaría. Las dejamos unos minutos, sin meterles prisa para que se hagan, pero eso sí, removiendo en alguna ocasión.
- Para evitar que se peguen.
- Muy bien, para evitar que se peguen. Si las patatas y la cebolla se pegan, la parte de abajo estará algo quemada y tendremos que tirar parte de la tortilla. Y no queremos eso.
- Entiendo. Hay que tener sumo cuidado, mucho cuidado.
- Eso es, hay que vigilar en todo momento el fuego. Cuando las patatas estén blandas y ligeramente fritas, es decir, un poco doradas, retiraremos la sartén y podemos echar en un recipiente el aceite que ha sobrado en la cocción. A continuación, en un bol o en un plato hondo como éste, batimos los huevos hasta que forman un líquido homogéneo. Una vez que están bien batidos, fíjate bien, vuelco la sartén sobre el bol, y de esa manera echo las patatas y la cebolla sobre los huevos batidos. Entonces hay que remover un poco para que quede todo bien mezclado. Ahora tenemos la tortilla con todos sus componentes ligados, aquí está toda la materia prima, pero nos falta terminar la coción y darle forma.
- ¿Y entonces?
- Ahora echo toda la mezcla de patatas, cebolla y huevo de nuevo en una sartén y vuelvo a ponerlo todo al fuego.
- ¿En la misma sartén que has utilizado antes?
- En esa o en otra nueva. Es igual, porque como verás ahora vamos a usar dos sartenes. Entonces dejo cocer la tortilla hasta que vemos que empieza a freírse, a burbujear, a bullir. Para entonces ya habrá adquirido su forma redondeada y casi definitiva. Entonces viene el movimiento más difícil o al menos el más delicado.
- ¿Cuál es ese movimiento?
- Dar la vuelta a la tortilla.
- Suena complicado.
- Es la parte de la preparación que puede meterte en un lío si no lo haces bien. Es cuestión de práctica. Los más diestros son capaces con un simple giro de muñeca, un golpe de muñeca, lo mismo que haría un tenista, hacer que la tortilla se separe de la sartén, gire en el aire y vuelva a aterrizar en la sartén pero del otro lado.
- O sea, dada la vuelta.
- Sí, dada la vuelta. Lo que estaba arriba se queda abajo y viceversa. Y todo sin meter mucho ruido, como algo natural.
- Parece difícil.
- Lo es. Yo no lo hago así.
- Porque no eres de los más diestros.
- ¡No te metas conmigo! Me gustaría verte en mi lugar. Ahora hablas mucho, pero ya te meteré en cintura cuando vengas por aquí.
- Ja,ja,ja. No te piques, Atanasio. Sigue, por favor.
- Bueno, yo lo que hago es coger de nuevo la primera sartén, ¿te acuerdas de ella? Podemos echar unas gotas de aceite si se ha quedado muy seca, y la coloco junto a la otra enfrentadas, ¿ves?
- Sí, es como si estuvieras tapando una sartén con otra, enfrentada boca abajo.
- Exacto. Cuando la sartén vacía ya ha tapado a la llena hacemos un movimiento rápido dando la vuelta a las dos sartenes a la vez, procurando no separarlas.
- Y así consigues dar la vuelta a la tortilla.
- Así es. Otros se ayudan de un plato para darle la vuelta, y una vez que lo han hecho, la hacen resbalar de nuevo sobre la sartén. Dar la vuelta a la tortilla es una expresión muy típica en español para indicar que se ha dado la vuelta completa a una situación. Por ejemplo, si algo te iba muy mal, y de repente, por cualquier motivo, todo cambia y se pone a favor tuyo, puedes decir que has conseguido darle la vuelta a la tortilla.
- Entiendo, pero dime: ¿tiene que estar mucho tiempo cociéndose aún?
- No, casi nada, un par de minutos solamente. Pero tienes que moverla como antes, ¿te acuerdas?
- Sí.
- Para evitar que en ese periodo de tiempo se pegue.
- Entendido.
- Y ya está. Bueno, ¿qué te parece?
- Que no era tan difícil darle la vuelta. Me parece que no era necesario meter tanto ruido por tan poca cosa.
- Me refiero a qué te parece la tortilla.
- ¡Ah! Es como un pastel.
- Pues sí. En realidad, viene a ser un pastel de patatas y huevo.
-¿Ya está lista para comer?
- Pues claro. Puedes comértela así, puedes dejar que se enfríe, puedes meterla en la nevera y comértela en unos días, o incluso puedes congelarla. Hay gente que no le echa cebolla como te dije antes; hay gente que le echa salsa por encima.
- ¿Salsa?
- Eso es. Algunos le meten salsa mayonesa, otros incluso salsa brava, una salsa picante que se toma mucho en los bares españoles, con tomate y pimentón, pero lo normal es comérsela así, tal y como la ves. Pues ésta es la auténtica tortilla de patatas española. Ahora voy a coger este cuchillo y la voy a cortar. Así, ¿ves? Y este trozo te lo mando.
- Gracias, Atanasio, aunque no sé si tendré que tirarla cuando llegue, porque si me la vas a mandar sin conservantes ni refrigeración....
- Tonterías. Una tortilla no se tira nunca, Yangay. Bueno, me tengo que ir. Mañana hablamos. ¿Te viene bien?
- Me viene perfecto. Mañana hablamos.
- Cuídate mucho. Hasta mañana.
- Tú también. Adiós.

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